SOBREPROTEGER PARA DESPROTEGER

Esta hermosa animación nos muestra una pequeña historia sobre un monje budista tibetano en entrenamiento llamado Dechen. El niño es un apasionado por la jardinería y una noche de tormenta rescata una hermosa flor, la cual planta en una maceta y lleva al monasterio. Sin embargo, a pesar de su cuidado y preocupación, la flor inexplicablemente comienza a deshojarse y perecer. A Dechen le cuesta mucho aceptar la situación. Angmo, el monje principal se ve obligado a intervenir y rescatar a Dechen de sí mismo, soltando el apego y el control. 



Y es que la vida es una paradoja en sí misma:

- En ocasiones la sobreprotección de los demás, una atención no pedida, un cuidado o preocupación por el otro en exceso,  puede lastimar más que ayudar.

- Otras veces, el querer controlarlo todo, para evitar que ocurra algo negativo o inesperado,  puede llevarnos  a empeorar una situación, a postergar decisiones que en ocasiones solo nos llevan a marchitarnos cada día más, aumentando así nuestro miedo hasta llegar incluso a paralizarnos.

- Nuestra tierra, esa tierra que nos nutre, eso que nos hace sentir vivos, aquello con lo que disfrutamos, en definitiva, ser coherentes con nuestra esencia, es lo que nos permite hacer frente a las adversidades, mantener el tipo ante las inclemencias de la vida y rebrotar con más fuerza.

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