CONVERSACIONES CON DIOS


Conversaciones con Dios, libro de Neale Donald Walsch, es un libro canalizado, en el que Dios se comunica con el autor y este transcribe su conversación con él. En mi opinión, es un libro denso, para leer de poquito a poquito, y así poder disfrutarlo y extraerle el máximo jugo. Un libro reflexivo, que se aleja de ser un libro de autoayuda exprés, pero que puede resultar muy revelador y sobre todo transgresor, poniendo “patas arriba” muchas de las ideas acerca de la concepción que tenemos de  Dios y que hemos ido forjando  a lo largo de nuestra  vida.
Lo primero que me sorprendió y que modifica mi concepción de lo que entendemos por oración,  es este trocito del libro que rompe con el hábito que tenemos de pedir (por cierto, muy acorde con todas las teorías físico-cuánticas que tanto están en bogue actualmente). Por este motivo lo comparto con vosotr@s:

Autor: ¿Significa eso que no puedo pedir nada que desee? ¿Me estas diciendo que rezar por algo en realidad aleja ese algo de nosotros ?

No tendréis lo que pedís, ni podéis tener nada de lo que queráis. Y ello porque vuestra propia petición es una afirmación de vuestra carencia, y al decir que queréis una cosa únicamente sirve para producir esa experiencia concreta - la carencia - en vuestra realidad.

Por lo tanto, la oración correcta no es nunca de súplica, sino de gratitud.

Cuando dais gracias a Dios por adelantado por aquello que habéis decidido experimentar en vuestra realidad, estáis efectivamente reconociendo que eso esta ahí... en efecto. La gratitud es, pues, la más poderosa afirmación dirigida a Dios; una afirmación a la que Yo habré contestado incluso antes de que me la formuléis.

Así pues, no supliquéis nunca. Antes bien, agradeced.

Autor: Pero ¿ qué ocurre si yo agradezco algo a Dios por adelantado, y luego eso no aparece nunca ? Eso podría llevar al desencanto y a la amargura.

La gratitud no puede utilizarse como una herramienta con la que manipular a Dios; un mecanismo con el que engañar al universo. No podéis mentiros a vosotros mismos. Vuestra mente sabe la verdad de vuestros pensamientos. Si decís “Gracias, Dios mío, por esto y lo otro”, y al mismo tiempo está claro que eso no está en vuestra realidad presente, estáis suponiendo que Dios es menos claro que vosotros, y, por lo tanto, produciendo esa realidad en vosotros.

Dios sabe lo que vosotros sabéis, y lo que vosotros sabéis es lo que aparece en vuestra realidad.

Autor: Pero entonces ¿ cómo puedo estar realmente agradecido por algo, si sé que eso no está presente ?

Fe. Si tienes aunque sólo sea la fe equivalente a un grano de mostaza, moverás montañas. Sabrás que eso está presente porque Yo digo que está presente; porque Yo digo que, incluso antes de que me preguntes, habré respondido; porque Yo digo, y os lo he dicho de todas las maneras concebibles, a través de cualquier maestro que me puedas mencionar, que, sea lo que sea lo que queráis, si lo queréis en Mi nombre así será.

Autor: Sin embargo, hay tanta gente que dice que sus oraciones han quedado sin respuesta...


Ninguna oración - y una oración no es más que una ferviente afirmación de lo que ya es- queda sin respuesta. Cualquier oración - cualquier pensamiento, cualquier afirmación, cualquier sentimiento - es creador. En la medida en que sea fervientemente sostenido como una verdad, en esa misma medida, se hará manifiesto en vuestra experiencia.


Comentarios

Entradas populares